El segundo grupo de escalones en el inicio de mis días los bajo corriendo. Esto es porque el primer grupo lo subo y lo bajo dos veces S I E M P R E (sí, soy de aquellas que va saliendo y se regresa porque olvidó algo) podría describir un día completo solo haciendo referencia a los escalones que bajo en la mañana y subo en la tarde/noche. Pero el tema escalones es para otro momento, hoy quiero darle protagonismo al pichón de coach/motivador/psicólogo/mejor amigo/costilla/pana que escucho cada mañana.
“Ánimo mi gente”, suele ser la frase que más recita. Desconozco totalmente cuanto tiempo tiene cada mañana de lunes a viernes en el mismo sitio mezclando mantenimiento con motivación/piropos/consejos/chalequeo lo cierto es que, cuando él no está la gente comenta: ¿será que se enfermó?, ¿le habrá pasado algo? Y por supuesto no falta aquel que responde a lo lejos: “ese de seguro está enratonado” lo cierto es que recordando sobre sentidos, lugares e identidades este hombre brinda de sentido ese lugar de paso.
Un asunto que me causa la primera sonrisa de la mañana son sus piropos, (si, algunos ha sido para mi pero el tema es que piropea a todas. Dice que su corazón es grande y no lo dudo) es tan atento que se fija en la ropa de las féminas y le lanza comentarios como: “esooo hoy vas de pachanga te pusiste los zapatos rojos” (modo chalequeo) o “buenos días princesa hoy luces hermosa” (piropo con limpiada de camino).
Finalmente, debo ser seria y confesar que siempre me he preguntado cómo será el resto de su día, algunas veces voy mucho antes de llegar al sitio donde siempre está y al escuchar su silbido es instantáneo graficarlo dando los buenos días, aplaudiendo y diciendo que ”bajan contentos porque es quincena, ya saben no beban mucho” este hombre es un personaje que ha ocupado un lugar importante en los 236 escalones que conforman las escaleras que van desde Mesuca hasta palo verde, en los noventa llamadas escaleras de la muerte. Es quien se dedica a barrerlos cada mañana mientras conversa con aquellos petareños que van bajando. Es un icono representativo del “río de gente” que baja del cerro al metro cada mañana. Él es El Negro.